
¿Por qué el ajedrez en la escuela?
“La misión del ajedrez en la escuela no es la erudición
con el fin de sacar maestros de ajedrez.
La educación mediante el ajedrez debe ser
la educación de pensar por sí mismo.”
Emmanuel Lasker (campeón mundial a principios del siglo XX)
El ajedrez se presenta como un juego que puede convertirse en un instrumento pedagógico no convencional que apoyaría decididamente la labor docente, enriqueciendo al niño con nuevos mecanismos de pensamiento que serán la base para arribar a la etapa operatoria formal.
Además se descubre que el juego desarrolla la idea de cooperación (entre piezas), armonía y ponderación de posibilidades, valores absolutos y relativos, creatividad, estimula el desarrollo mental, aumenta su capacidad de cálculo y raciocinio, desarrolla la imaginación, contribuye a fijar la atención, desarrolla la capacidad de abstracción, favorece el pensamiento lógico formal, forma el espíritu de investigación e inventiva, desarrolla la capacidad de observación y análisis en la esfera socio afectiva, favorece el orden en la actividad, educa para el ocio a través de una actividad creativa, integra al grupo social, ejercita cualidades para superar problemas grupales y de tipo disciplinario y favorece las normas de cortesía que impone la práctica del juego.
El ajedrez posee todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta pedagógica: está de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en él, y se enseña jugando, con los grandes beneficios que la libertad de un juego otorga. De forma tal que el entusiasmo que despierta toda actividad lúdica en los niños es aprovechado por los docentes para afianzar el razonamiento lógico y concreto, incrementando la memoria, la atención y la concentración, agilizando a su vez, la imaginación y la creatividad. El ajedrez como todo juego nos brinda esa posibilidad.
Además se descubre que el juego desarrolla la idea de cooperación (entre piezas), armonía y ponderación de posibilidades, valores absolutos y relativos, creatividad, estimula el desarrollo mental, aumenta su capacidad de cálculo y raciocinio, desarrolla la imaginación, contribuye a fijar la atención, desarrolla la capacidad de abstracción, favorece el pensamiento lógico formal, forma el espíritu de investigación e inventiva, desarrolla la capacidad de observación y análisis en la esfera socio afectiva, favorece el orden en la actividad, educa para el ocio a través de una actividad creativa, integra al grupo social, ejercita cualidades para superar problemas grupales y de tipo disciplinario y favorece las normas de cortesía que impone la práctica del juego.
El ajedrez posee todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta pedagógica: está de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en él, y se enseña jugando, con los grandes beneficios que la libertad de un juego otorga. De forma tal que el entusiasmo que despierta toda actividad lúdica en los niños es aprovechado por los docentes para afianzar el razonamiento lógico y concreto, incrementando la memoria, la atención y la concentración, agilizando a su vez, la imaginación y la creatividad. El ajedrez como todo juego nos brinda esa posibilidad.
- Su práctica tiende a la acreditación de pautas de conducta que permiten al alumno: Operar concreta, lógica y reflexivamente.
- Agilizar esquemas de pensamiento creativo.
- Adquirir hábitos de orden, trabajo metódico, reflexión y silencio.
- Descubrir el valor de sus propias decisiones y asumirlas conscientemente en actitud autocrítica.
- Alcanzar actitudes solidarias, responsables y de respeto mutuo.
- Disponer de recursos prácticos y eficientes de ejecución para cualquier actividad.
- Resolver situaciones concretas de la vida diaria con autonomía y equilibrio.
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